La City Vision de Bolt: reducir un 25% los desplazamientos en coche en Berlín
23 sept 2022
Esta semana pasada ha sido la Semana Europea de la Movilidad, así que nos hemos preguntado: ¿cómo podemos mejorar la vida en nuestras ciudades?
En Bolt sabemos que la movilidad compartida puede hacer que nuestras ciudades sean mejores y más habitables, pero ¿cuánto las pueden mejorar exactamente? Para comprender el verdadero impacto que podríamos tener en las ciudades a corto y a largo plazo, hemos llevado a cabo nuestro primer estudio investigativo sobre la visión que tenemos de la ciudad, la City Vision, centrado en la ciudad de Berlín.
Después de entrevistar a los berlineses y de analizar más de 800 estudios de movilidad urbana, la información pública disponible y nuestros datos operacionales, obtuvimos algunos resultados prometedores: con menos coches particulares en las carreteras, la vida en la ciudad puede mejorar en casi todos los aspectos posibles.
Un 7 % menos de coches: poco que perder, pero mucho que ganar
La investigación City Vision reveló que, si se potencia el transporte público, el uso de VTC y taxis, los patinetes y las bicicletas eléctricas compartidos, el número de coches particulares puede reducirse en un 7 % entre uno y tres años después.
En una ciudad con más de 1,2 millones de coches, esa cifra puede parecer baja, pero solo hasta que se muestra lo que implicaría. Un descenso del 7 % en el número de vehículos particulares en la capital alemana abriría 8,2 km2 de espacio público accesible, extensión que equivale a 3,5 parques de Tiergarten.
Parte del espacio que actualmente se destina a aparcamientos y calles anchas podría reconvertirse en carriles bici y zonas verdes, en línea con el movimiento de los parklets, que está ganando adeptos en varias ciudades europeas.
Dado que los coches son una de las principales fuentes de contaminación atmosférica en las ciudades, si disminuyen en número, mejoraría considerablemente el Índice de Calidad del Aire (ICA). Con un 7 % menos de coches, Berlín reduciría su emisiones mensuales de CO2 en 4,4 kilotoneladas. Eso son aproximadamente unas 1200 horas de vuelo en un Boeing 737.
Quizás lo más destacable es que se reduciría en 514 el número de accidentes al mes. Es decir, se evitarían más de 6000 accidentes al año.
El panorama en cinco años: la ciudad para los coches pasa a ser la ciudad para las personas
Hemos analizado los efectos a corto plazo, pero ¿cómo sería Berlín dentro de 5 años si siguiéramos ampliando nuestros servicios multimodales y ayudáramos a las personas a encontrar mejores formas de moverse?
Los datos muestran que los berlineses necesitarían 396 000 coches menos (un 32 % menos) para desplazarse por la ciudad sin restricciones. Eso significaría que el 25 % de los viajes en coche particular tendrían que sustituirse por trayectos hechos con otros medios de transporte.
Si no pueden ser en coche particular, ¿en qué?
El estudio muestra que podemos ayudar a la ciudad a reducir un 7 % el número de vehículos particulares pasados entre uno y tres años y un 32 % pasados cinco años, pero ¿cómo se desplazará la gente? La respuesta radica en un cambio modal, es decir, que los residentes pasen de modos de transporte poco sostenibles a otros más sostenibles y eficientes.
El transporte público, los VTC y taxis, los patinetes y bicicletas eléctricas compartidos, por poner algunos ejemplos.
El hogar de das Auto pasaría a ser el hogar de las personas.
El efecto compuesto se manifestaría también en la reducción de la huella de CO2. Con un 32 % menos de coches en la ciudad, las emisiones mensuales de CO2 disminuirían en 13,4 kilotoneladas. Eso equivale al consumo energético anual de 9000 hogares.
Esta caída significativa mejoraría la calidad del aire en la ciudad, y Berlín se uniría a ciudades como Barcelona y París, que abordan la contaminación atmosférica con zonas de bajas emisiones y superbloques.
Si observamos otras ciudades europeas, rápidamente vemos que el cambio no tiene por qué ser descomunal para que se transforme por completo la ciudad. Por ejemplo, la diferencia entre Londres y Ámsterdam en cuanto a viajes en coches particulares es solo del 15 %. Puedes adivinar cuál es la ciudad más colapsada del mundo y cuál es la que más zonas peatonales tiene.
Para comprender qué medios de transporte es más probable que resuelvan los problemas en Berlín, hemos calculado el impacto de cada uno de ellos. Se han tenido en cuenta varios factores, desde la disponibilidad (por cada millón de habitantes) y la sostenibilidad (gramos de CO2 por pasajero y kilómetro) a la asequibilidad (coste por pasajero y kilómetro) y la practicidad (tiempo medio de llegada), además de otros aspectos.
La investigación de City Vision reveló que el transporte público, los patinetes compartidos y el uso de vehículos de alquiler compartidos son los que tienen el mayor impacto positivo en una ciudad. Eso prueba que el actual reparto modal en el que vivimos, en el que predominan los coches, tiene que cambiar y que la movilidad debe evolucionar para crear ciudades para las personas.
La gente quiere un cambio, y se nota
Las innovaciones no sirven de nada si la gente no las utiliza. Por eso es bueno que todos los datos demuestren que los habitantes de las principales ciudades europeas están dispuestos a abandonar el coche particular.
Ese estudio demostró que el mero hecho de leer dicha propuesta en la app hizo que hasta un 60 % de los usuarios cambiaran el servicio de VTC/taxi por patinetes para viajes más cortos, lo que implicó menos coches en la carretera y menos emisiones de CO2.
La investigación City Vision estudió los hábitos de transporte de la gente y su predisposición al cambio, y todo apuntaba en la misma dirección: las personas están dispuestas a cambiar los coches por una vida mejor en la ciudad.
Gernot Lobenberg, director de la Agencia de Electromovilidad eMO de Berlín Partner, declaraba: “Las tecnologías, las infraestructuras y los hábitos de movilidad en Berlín y en Alemania han cambiado radicalmente. En gran parte, esto ha sido posible gracias a la inclusión de la experimentación y a una mentalidad abierta”.
Y continuaba: “Estos resultados, y la recompensa potencial que implican para nuestro medio ambiente, el entorno urbano, la seguridad y las cuentas bancarias, demuestran que esta iniciativa debería continuar e incluso agilizarse. Es fascinante y gratificante formar parte de la nueva movilidad”.
Más información sobre la investigación
La investigación City Vision es una metodología que analiza los hábitos de transporte de la población de Berlín y utiliza datos que están disponibles al público para ofrecer una visión clara del sistema de transporte actual y de las tendencias de la capital alemana.
El objetivo de la investigación era evaluar el impacto y la capacidad de la aplicación multimodal de Bolt y del transporte público para sustituir a los coches particulares en la ciudad.
Nuestro primer estudio City Vision surgió al revisar más de 800 estudios individuales sobre desarrollo urbano y transporte. Para calcular el impacto de la movilidad compartida, combinamos múltiples fuentes de datos, que iban desde datos totalmente objetivos y de disposición pública, como los datos generales sobre transporte público y los presupuestos financieros urbanos en Berlín, hasta nuestros datos operacionales. Para profundizar en la investigación y comprender mejor las tendencias de los usuarios y la división modal, encargamos una encuesta externa al instituto de investigación GfK e incorporaron los resultados al estudio.
Nuestra metodología ha tenido en cuenta seis medios de transporte: el coche particular, el transporte público, los taxis y VTC, los patinetes, los coches de alquiler compartidos y las bicis de alquiler. También ha considerado el número de vehículos por cada millón de ciudadanos y el número de desplazamientos diarios por vehículo.
A continuación, se ha analizado el impacto generado por estos medios, más concretamente:
El uso del espacio.
La sostenibilidad.
La seguridad.
La inversión de capital.
La asequibilidad.
La practicidad.
Esta evaluación nos ha permitido examinar el transporte de forma holística y encontrar lagunas en la infraestructura del transporte público que se pueden llenar con soluciones compartidas y de uso inmediato para los usuarios.
La primera investigación de Bolt, City Vision, se ha llevado a cabo en Berlín, pero pronto se hará en más ciudades.