20 ene 2023
El car allowance es un suplemento que se paga a los empleados para cubrir los desplazamientos relacionados con el trabajo que se realizan en vehículos particulares. Esta está demostrando ser una alternativa popular al leasing o a tener en propiedad una flota de coches de empresa, ya que elimina la obligación de tener que hacer un mantenimiento constante.
Este artículo te ayudará a encontrar la mejor opción para los viajes por tierra de tu equipo y te desvelará por qué quizá te convenga expandir horizontes e ir más allá del debate entre coche de empresa y car allowance.
El car allowance o suplemento por uso del vehículo es un extra que pagan algunas empresas a sus empleados por usar sus propios coches como parte de su trabajo.
Este suplemento debe cubrir todos los gastos derivados del desplazamiento que se hagan por trabajo, como combustible, aparcamiento y mantenimiento. Sin embargo, los empleados también pueden destinar este dinero a la compra de un coche nuevo, siempre y cuando tengan la intención de utilizarlo para moverse por trabajo.
Para los empleados, este suplemento significa que pueden:
Como empresa, esta modalidad implica no tener ni que mantener una flota de vehículos de empresa ni que sustituirlos cada pocos años.
Las empresas suelen abonar a los empleados la cantidad correspondiente al car allowance como suplemento en sus sueldos anuales. Dichos empleados pueden utilizar el dinero como prefieran, ya sea para cubrir los gastos generales de su vehículo actual o para adquirir un vehículo nuevo. No obstante, deben utilizar este vehículo siempre que se desplacen por trabajo.
Vale la pena señalar que un car allowance es un beneficio, no un reembolso por gastos incurridos. En caso de que sea necesario reparar el vehículo como consecuencia de un accidente acontecido en un viaje de trabajo, es el empleado quien debe correr con los gastos.
Los coches de empresa son aquellos que la empresa alquila o tiene en propiedad, y en ella recae la responsabilidad de hacerse cargo de todos los gastos, como el combustible, el mantenimiento y el seguro. Siempre han supuesto un atractivo beneficio para los empleados durante muchos años, pero la creciente lista de gastos derivados anima a muchas empresas a buscar alternativas.
Invertir en una flota de coches de empresa significa pagar combustible, seguros, servicios, reparaciones, peajes y mucho más. También hay que tener en cuenta que, cada pocos años, hay que renovar los vehículos y afrontar la realidad de que los coches son activos que se deprecian. Por tanto, aunque los coches de empresa han sido populares durante muchos años, tiene sentido explorar otras alternativas.
Un car allowance es una opción que te permite traspasar las responsabilidades derivadas de tener un vehículo en propiedad al empleado. Sin embargo, con ella es más difícil llevar un seguimiento de los gastos y medir el uso. No es que sea imposible, sino que es una tarea que supone una inversión de tiempo del que no todo el mundo dispone.
Disponer de un car allowance supone más flexibilidad y libertad para los empleados de la que podrían conseguir con un coche de empresa. Por ejemplo, tienen la opción de:
No obstante, a todas estas ventajas se les suma un inconveniente fundamental: el car allowance está sujeto a impuestos. La cantidad que recibe un empleado una vez deducidos los impuestos puede ser mínima, sobre todo para aquellos que se encuentran en tramos impositivos más altos.
Las empresas son conscientes de las ventajas de no tener un coche de empresa en propiedad o leasing, pues no tienen ni que pagar facturas de mantenimiento inesperadas ni preocuparse por la depreciación.
Pero trasladar los gastos de mantenimiento de un coche a los empleados significa que, con el tiempo, puede que haga falta aumentar de forma regular la cuantía que estos reciben en concepto de car allowance. Además, no existen garantías de que todos los empleados quieran utilizar sus vehículos personales para fines laborales.
También es importante recordar que no todo el mundo tiene carnet de conducir, y eso no debería ser un obstáculo a la hora de contratar a la mejor persona para el puesto. Ni los coches de empresa ni los car allowances están pensados para estas personas, por lo que son una limitación de los posibles candidatos.
En cualquier caso, las empresas y los empleados tendrán que hacer frente al aumento del precio del combustible y a costes de mantenimiento imprevisibles. Por ese motivo, ninguna de estas opciones es la ideal para cubrir los viajes de trabajo de tu equipo.
Pon condiciones a la cantidad que se paga a los empleados en función de su puesto y de cuánto tengan que viajar por trabajo. Por ejemplo, los comerciales seguramente tendrán que viajar más que el personal de atención al cliente.
Señala que el mantenimiento del vehículo es responsabilidad del empleado.
Deberías incluir una cláusula en la normativa como protección por si cambia el puesto o la función que desempeña la persona.
El car allowance le quita a la empresa la responsabilidad que implica tener un vehículo en propiedad, pero cuando el empleado viaja por trabajo, la seguridad de este sigue siendo responsabilidad de la empresa. Es esencial proporcionar a tu equipo unas directrices escritas sobre cómo utilizar el vehículo de manera segura para reducir el riesgo de que el conductor o los pasajeros sufran daños o lesiones.
Si la empresa te paga un car allowance, este forma parte de tu salario anual. A ojos de las autoridades, tu salario más el car allowance será tu nuevo salario total, lo que puede situarte en un tramo impositivo más alto.
En el momento de redactar este artículo, la tasa impositiva básica en el Reino Unido es del 20 % y se aplica a quienes ganan entre 12 571 y 50 270 libras al año. Si tu salario es de 45 000 libras y tu empresa te paga un car allowance anual de 5500 libras, tu nuevo salario será de 50 500 libras, con lo que pasarás a estar en un tramo impositivo superior (40 %).
En este ejemplo, como empleado sales peor parado, porque 45 000 libras en bruto son 34 000 libras netas, mientras que 50 500 libras en bruto son 30 500 netas (eso sin tener en cuenta otros gastos).
Cualquier persona que esté a punto de pasar a un tramo impositivo superior puede querer considerar otras alternativas al car allowance ya solo por esta razón.
Un car allowance es un suplemento que se paga a los empleados para cubrir los gastos derivados de utilizar su propio vehículo para hacer viajes de trabajo. Las empresas suelen optar por esta prestación como alternativa a invertir en un coche de empresa.
Es un término procedente del inglés para designar al beneficio monetario que se añade al salario de un empleado para que este compre o pague por el mantenimiento de un vehículo que utiliza como herramienta de trabajo.
La cantidad media varía en función de la frecuencia con la que los empleados usan su vehículo particular por trabajo, además del país en el que se encuentren. De media, las empresas pueden ofrecer a los empleados cantidades que oscilan entre los 300 y los 800 euros al mes, pero en algunos casos pueden llegar hasta los 1400 euros si los empleados pasan mucho tiempo en la carretera.
Sí, este suplemento está sujeto a impuestos, lo que significa que la cuantía acordada es en bruto. Vale la pena señalar que la cantidad final que reciben aquellos en tramos impositivos más altos puede llegar a ser mínima.
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