Cómo sentirte como en casa en tu ciudad según Yoko Alender
26 sept 2023
Una ciudad es un lugar maravilloso para vivir, sobre todo si eres un coche.
Ironías aparte, esa no deja de ser una descripción bastante acertada de cómo se han ido transformando nuestras ciudades a lo largo del último siglo. Con hasta un 60 % del espacio público dedicado a infraestructuras automovilísticas, las ciudades se han convertido en el hogar de los coches que por ellas circulan, no en el de las personas que en ellas habitan.
Para entender qué significa realmente una ciudad en la que las personas se sientan como en casa, hemos hablado con Yoko Alender: arquitecta, urbanista y madre de cuatro hijos.
Nuestra última campaña subraya la idea de que, en tu ciudad, deberías sentirte como en casa. Cuando sales a la calle, no deberías tener la sensación de estar recorriendo un pasillo de hormigón y metal, sino que debería ser más bien como pasear por un jardín o una sala de estar. Así pues, ¿qué crees tú que hace que una ciudad nos haga sentir como en casa?
En casa nos sentimos seguros, cómodos, a gusto. Por instinto sabemos cómo estar y qué hacer. El espacio nos ayuda a ser nosotros mismos y a hacer lo que sea que tenemos que hacer.
Los espacios públicos deberían ser igual de intuitivos. Deberían decirnos qué hacer y cómo comportarnos (por dónde circular, caminar y sentarnos) a la vez que nos mantienen a salvo. Y, al igual que las salas de estar nos unen, los espacios públicos deberían invitar a la unidad y a la interacción.
¿Cuáles son los elementos clave que hacen que las personas se sientan como en casa en una ciudad?
1) Seguridad: frente al tráfico, al ruido y a la contaminación en todas sus formas.
2) Comodidad: con una variedad de lugares para pasear, sentarse y jugar.
3) Placidez: buenas vistas, zonas verdes y detalles arquitectónicos cuidados.
“Las calles deberían ser seguras. Debería poder hablar con amigos y ser capaz de escuchar sus respuestas mientras andamos. El espacio debería ser accesible y fácil de usar: no tendría que confundirme ni hacerme sentir pequeña e insignificante”.
El espacio también tendría que tener una identidad, alguna cosa que haga que sea tu barrio. Tal vez unas vistas agradables o un olor familiar, como una panadería que siempre ha estado ahí o un nuevo parque infantil por descubrir.
Según estos criterios, diría que la mayoría de las personas no se sienten como en casa en sus respectivas ciudades. ¿Por qué?
Históricamente, las ciudades solían estar hechas a escala humana. Gran parte de la vida pública, como el intercambio de noticias y el comercio, tenía lugar en calles y plazas. Las calles estaban diseñadas para caminar y las señales se podían leer a 5 km/h.
Pero entonces aparecieron los coches, que circulaban a velocidades de 50, 60, 90 km/h. Esto obligó a diseñar las calles de forma muy distinta, porque el ojo humano percibe las cosas de forma diferente cuando conduce (piensa en el tamaño de las señales en las autopistas, por ejemplo). Además, esto vino acompañado de un nivel de ruido y de sensación de inseguridad muy diferentes.
Cuando las calles no se diseñan pensando en los seres humanos como entes que andan, es imposible que el paisaje urbano desprenda aires de sala de estar.
¿Cómo pueden los ayuntamientos conseguir que los ciudadanos se sientan como en casa en una ciudad?
Es cuestión de organizar los aspectos básicos de la vida cotidiana.
¿He conseguido plaza para mi hija en la guardería que más cerca tengo de casa para poder llevarla andando y encontrarme con mis vecinos por el camino? ¿Hay algún parque en la zona?
¿Hay alguna tienda local en la que pueda comprar leche y pan todos los días o alguna cafetería en la que pueda tomarme algo? ¿La parada de autobús está en un buen sitio para esperar el autobús y hablar con otras personas?
Estas cosas cotidianas son las que definen la calidad de vida y la sensación de hogar.
¿Cómo influyen el transporte y la movilidad en esa sensación de sentirse como en casa en una ciudad?
Me gusta la flexibilidad en lo que respecta a la movilidad. Puede que un día necesite un coche y al siguiente prefiera el tranvía. O puede que quiera estar al aire libre y utilizar una bicicleta.
En las grandes ciudades, siempre se puede elegir entre el metro y el autobús: o llegas rápido o disfrutas de las vistas. Los visitantes deberían poder comprar billetes de autobús fácilmente con su tarjeta o con el teléfono en vez de tener que perder tiempo localizando una máquina expendedora.
Al igual que pasa en nuestras casas, en la calle también queremos que nuestro entorno tenga un aspecto agradable. El transporte público también puede ser bonito y ofrecer buenas vistas: no hay más que ver los autobuses de dos pisos de Londres.
El diseño y el carácter del transporte público, las calles, las señales y otros detalles pueden contribuir a la identidad de una ciudad y hacerla más reconocible, más hogareña.
Cada vez hay más iniciativas dirigidas por las comunidades que pretenden que las zonas urbanas sean más acogedoras para las personas. ¿Cuáles son tus favoritas?
La primera iniciativa que viene a la cabeza es la de los parklets de Nueva York. Más cerca de casa, diría que los días de festival de las comunidades locales de Uue-Maailma y Kalamaja, en Tallin, han ayudado mucho a unir a la gente y a desbloquear las calles de una manera diferente. Esos días, se colocó una mesa larga en la calle y todo el mundo se reunió con sus familiares y amigos para una cena comunitaria.
¿Te sientes como en casa en tu ciudad?
Nuestras ciudades deberían ser hogar para las personas, no para los coches. La movilidad compartida puede ayudar a reducir el número de coches en nuestras calles y devolver parte del espacio a las personas.
Obtén más información sobre nuestra Campaña “Siéntete como en casa” para saber cómo debería hacerte sentir una buena ciudad.